Alejandro Domínguez Martín

Alejandro Domínguez Martín

Villaescusa (Zamora), 3.V.1896 – Madrid, 20.XI.1972

Médico, sanitario y higienista

Existen personajes no especialmente conocidos, pero cuyos actos cambian las vidas de miles de personas. Es el ejemplo de Alejandro Domínguez Martín, médico e higienista, quien, destinado a Mahón, consiguió reducir la mortalidad de la gripe de 1918 gracias a la puesta en marcha de unas pocas medidas de higiene.

Aún más importante fue su actuación en relación con las epidemias hídricas. Al encontrarse en una isla, la ciudad contaba con poca agua destinada a la bebida, que, además, solía estar contaminada. Alejandro Domínguez Martín desarrolló un proceso de depuración del agua que evitó el desarrollo de epidemias relacionadas con el agua en la ciudad menorquina. Un pequeño gran ejemplo, como el de tantos héroes anónimos de estos días.

Nació en Villaescusa el 3 de mayo de 1896. Cursó el bachillerato y la carrera de Medicina en Valladolid.

Alumno interno por oposición, trabajó durante casi tres años en el Pabellón de Aislamiento, especialmente durante la epidemia de viruela de Valladolid, en el que permaneció aislado durante toda la epidemia.

Ingresó por oposiciones en el Cuerpo de Médicos de Puertos y Fronteras y fue destinado sucesivamente a San Esteban de Pravia, Mahón, en donde se encontró con la terrible pandemia de gripe que afectó a la isla en 1918, donde, con medidas de higiene, logró una mínima letalidad. Demostró la importancia de las asociaciones microbianas en la producción de infecciones y en su gravedad y el mayor desarrollo del bacilo de Pfeiffer por el estafilococo y por el neumococo.

Mediante la depuración del agua de bebida, escasa y contaminada, evitó epidemias hídricas.

Fue director de Sanidad del puerto de Cartagena en donde casó con Soledad Carmona Bowron con quien tuvo tres hijos, dos de ellos médicos. En el Primer Congreso Nacional de Sanidad, celebrado en 1934 bajo el alto patrocinio del presidente de la República, presentó el doctor Domínguez Martín una importante propuesta de reforma legislativa. En la Guerra Civil fue destituido y tuvo que ocultarse para salvar su vida en La Palma, pueblecito cercano a Cartagena. Al terminar la Guerra Civil, previa depuración, vuelve a su destino y al poco tiempo es nombrado jefe provincial de Sanidad de Murcia, donde logró eliminar la mortífera epidemia del tifus exantemático, la fiebre exantemática mediterránea y el tracoma, y una gran disminución del paludismo que asolaba las huertas murcianas.

Condecoraciones y distinciones: académico de las Reales Academias de Medicina de Barcelona, Murcia y Cartagena; presidente honorario del Consejo Provincial de Practicantes de Murcia, 1943; Orden Civil de Beneficencia con distintivos negro y morado.


Manuel Domínguez Carmona

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