Marisa Talavera estudia Bellas Artes de Madrid. Sus primeras obras y exposiciones se centraron en el estudio de las técnicas y los materiales, por ejemplo trabajó con pintura matérica (masillas acrílicas y recursos naturales como arenas, hojas, ramas, resina...). La temática de dichas obras fue la dualidad entre vida y muerte, el resurgir de lo oculto, y utilizó el fósil como representación artística.
 

Debido a circunstancias personales, la autora suspende su actividad entre 2004 y 2017. Este periodo la marcará profundamente y la dotará de una gran sensibilidad. En 2017 retoma la actividad artística recurriendo al dibujo hiperrealista, en su mayoría retratos. Utiliza lápices de color, grafito o carboncillo, para sumergirse en un mundo de sentimientos en el que la mirada, la figura, el movimiento, la composición y el color abarcan temas como la ilusión, la pasión, la oscuridad del alma, la tristeza, el miedo… El rostro de las emociones es universal y no se puede vivir sin ellas, dependen de nuestro instinto. 


En esta segunda etapa artística de Marisa Talavera que se muestra en Fundación Ibercaja Guadalajara cada retrato cuenta una historia diferente a través de sus ojos, su cuerpo y en algunos casos los pocos elementos que la rodean. Los títulos nos dirigen a su mundo creativo y su estado psicológico. Según la artista «El objetivo de mi obra artística es, que el espectador pueda llegar a sentir la esencia del retratado, su ser y despierte en él tales sentimientos».

Mantente informado

Suscríbete a nuestra newsletter y mantente informado de las actividades y eventos de Fundación Ibercaja.