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La sociedad está viviendo un momento de intensos cambios donde la creación de valor y la búsqueda de excelencia no es suficiente para el ecosistema empresarial; la generación de riqueza y el estar implicados con la sociedad en el territorio donde la empresa opera se ha convertido en una oportunidad única para las empresas que tienen en su ADN la vocación de ser socialmente responsables.
La Agenda 2030 conforma el nuevo paradigma global de desarrollo, en un momento en el que es necesario replantear cómo afrontar los retos a los que la humanidad se enfrenta, cómo paliar no sólo la pobreza sino también esa desigualdad que a pesar del crecimiento económico continúa en alza, en definitiva, cómo construir un escenario de prosperidad en el que el crecimiento sea inclusivo y sostenible, atendiendo a las necesidades y expectativas de personas, organizaciones y sectores productivos.
La Agenda 2030 es producto de un consenso global e incorpora cinco esferas de importancia decisiva: las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas, e interconecta los pilares social, económico y medioambiental de la sostenibilidad.
Fundación Ibercaja ha desarrollado un plan estratégico que ha modificado la forma de trabajar y de responder a la sociedad, con el objetivo siempre de dar respuesta a sus necesidades. En Fundación entendemos que el compromiso con la Agenda 2030 y los ODS es común a toda la sociedad, y debe ser impulsado por entidades, empresas e instituciones. Por ese motivo, con nuestro nuevo planteamiento, queremos abrirnos a la colaboración, estableciendo alianzas con distintos sectores para multiplicar el alcance de nuestras acciones y lograr los objetivos propuestos, un modelo compartido que logre mayor impacto social y notoriedad.
Fruto de un análisis exhaustivo tanto a nivel interno como externo en relación a la Agenda 2030 la actividad de Fundación Ibercaja está centrada en dar respuesta a las necesidades de la sociedad civil, comenzando por la más cercana, la de nuestro territorio. Así, sin olvidar el resto de ODS ni su dimensión global, hemos sido realistas priorizando aquellos objetivos en los que podemos aportar mayor valor, y que son coherentes con nuestra trayectoria y nuestra razón de ser.