Lucas Manero Sorrosal

-Ya hemos llegado.-anuncie mientras cerraba la puerta del coche

           -¿Pero si es un campo en mitad de la nada!- me gritó Lara – perdona, pero es que hoy no tengo el ánimo para tonterías

           -Querida amiga, esto es justo lo que es…

           -Vaya, que novedad, y un tanto redundante ¿no crees?

           -Por favor, confía en mí, aunque sea por querer ayudarte. Esto es tan solo un campo, sin un alma en kilómetros a la redonda. Y esto es justo lo que lo hace especial

           -¿Qué de pasarnos algo, no habría nadie a quién pedir ayuda y tardaríamos mucho más en llegar al hospital más cercano? Mira, no te entiendo, tengo frio y me encuentro mal ¡Vayámonos ya, Leo!

           -¡Joder! Estoy harto de que nadie me entienda- grité a pleno pulmón

           - ¿Ya estás mejor? ¿Ahora que la naturaleza ya te ha escuchado, podemos volver a casa para que pueda entrar en calor? Además ¿a quién se lo gritas? Si estamos solos

           -Exacto, ahí es a donde quería llegar. Lo bueno de este campo es que en el te puedes desfogar, quedate bien a gusto, cagate en quién te de la gana que nadie ta va a oír.

           -¿Puedo probar?-dijo mientras se le escapaba media sonrisa

           -El campo es todo tuyo

           -¡No soporto tener que esconder mi personalidad!

           -¿A que sienta bien?

           -Mucho. Gracias Leo, pero...¡No quiero tener que ser siempre una cara bonita!

           -¡Quiero poder ser sincero con mis amigos sin temer su reacción!

           -¿Acaso me temes?- Mi amiga levanto la ceja, acompañada de media sonrisa traviesa como solo ella sabe hacer

           -No, no, no es eso, es solo que… A veces….

           -Te estás sonrojando-me advirtió-Tenías razón, esto es mejor que cualquier terapia

           -Bueno ya estás mejor ¿no?

           -Sí, pero yo creo que aquí hay algo que no me estás contando

           ¿Qué? Venga ya

           -Has secuestrado un autobús infantil-bromeó Lara-No no, te están persiguiendo los miembros de alguna secta Surcoreana y estamos huyendo porque tu sabes más de lo que sabes y me  has hecho participe

           -¡Qué va! Dejalo ya, enserio, te lo pido de puro corazón

           -¿No estarás enamorado de mi? ¿Verdad?, -pero al instante se le paralizó la cara.

           -¿Pasaría algo?No, en serio ¿Pasa algo?

           -No me encuentro bien

De repente, mi amiga, cuya piel se había vuelto bastante pálida con el transcurso de la discusión,se cayó al suelo. Por mucho que le hablase, no respondía, así que le introduje rápidamente en el coche, y en apenas 10 minutos, llegamos al hospital más cercano, que en contra de lo que pensaba Lara, estaba a un tiro de piedra. Allí, me quede esperando, más de una hora, pero no pude saber nada, hasta que llegaron sus padres.

Extracto de una novela que estoy por escribir

Lucas Manero Sorrosal