Lucas Manero Sorrosal

Lucas Manero Sorrosal

Hola, soy Lucas Manero Sorrosal, nací el 29 de octubre de 2007, desde mi más tierna infancia he estado rodeado de libros, libros de juguetes de plastico, de tela de carton,… en mi familia hay grandes lectores que me inculcaron el amor y el respeto por los libros. Y aunque siempre lo he deseado, nunca me atreví a convertirme en quien escribiese esas historias que tanto amaba. El laboratorio me dió la formación y el empujoncito que necesitaba para enfrentarme al folio en blanco

El bol de palomitas

 

           -Tu piensa en un bol de palomitas -empecé.

          -Espera,espera,deja tus pajas mentales de lado y explicate desde el principio – me pidió.

           -Un bol de palomitas es algo reluciente, maravilloso. Pero sobre todo homogéneo ¿no ?- expliqué.

           -Hasta ahí lo pillo.

           -Pero no es así – continué.

           -¡No me ralles!

           -Es como si en el bol de palomitas hubiese ahora maíces. Sigue siendo lo mismo, pero hay algo que no cuadra.

           -Vale, me he vuelto a perder

           -A veces, siento que es hablar con un ser mentalmente inferior- murmuré por lo bajo.

           -Eso lo he oído – me lanzó una mirada acusante.

           -Perdón,pero es que no entiendo como no entiendes esta simple metáfora.

           -Él que no entiende nada aquí soy yo ¿Cómo se relaciona esto con nosotros, exactamente?

           -Esta tierra- me giré para dibujar un círculo en la pizarra – Es el bol de palomitas. Todo esto            son palomitas – garabateé sobre el círculo – y esto son los maíces. Nosotros somos maíces

           -Sigo sin pillarlo del todo. Hazlo un poco más estúpido para mí, por favor

           -¿Te acuerdas de nuestro experimento en el garaje la semana pasada? Funcionó. Y ahora estamos en  una tierra que es exactamente igual a la nuestro, salvo nosotros.

           - Oh, no

          -Exactamente, oh no

 

Lucas Manero Sorrosal y María Novella, ambos autores de esta pequeña historieta

 

Desaparición de Agatha Christie

 

Un frio día de principios de diciembre, la famosa escritora había quedado con su marido en un café del centro de la ciudad, sin embargo, Agatha no se presentó y su coche se encontró vacío. Ese mismo día, la policía empezó una investigación y no le encontraron hasta once días después. Curiosamente, en el mismo hotel donde se encontraba la amante de su marido. Pero… ¿Qué paso durante esos once días?

 

-Todo estaba ya pensado de antes como si fuese la trama de un libro, el primer detalle, y que me sorprende que nadie haya revisad, es que ¡había dos coches!

Uno donde se suponía que estaba y otro que me conducía hacía el hotel donde estaban alojados la amante de mi Archibald y su esposo.

Una vez allí, seduje al marido de Emily, la amante de mi marido, cuando ya o tenía fiel cual niño pequeño, les hice saber a ambos sus verdaderas historias. Se quedaron tan destrozados, que no articularon palabra hasta dos días más tarde. ¡Hay que ver cómo es la mente humana!

El detalle final fue el mejor, me hice bastante amiga de Emmy, quién resulta ser una gran persona cuando no se acuesta con tu marido, y la convencí para que se citase con mi marido en ese mismo hotel.

Cuando llegó, nos encontró a las dos en la puerta, por su cara, ya estaba visualizando la entrada al purgatorio. Pero lo más curioso del asunto, fue ¡Qué la mayor reprimenda se la dió ella!

 

El caso de la desaparición de Agatha Christie es un casó real y documentado aunque no se sabe lo que ocurrió en el lapso de tiempo que estuvo desaparecida, así que he ideado una teoría intentando emular el estilo de una de mis autoras preferidas

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