Entrada libre.

Pompeya fue excavada por primera vez en 1748 por el zaragozano Roque Joaquín de Alcubierre, ingeniero militar destinado en Nápoles, que también descubrió las ruinas de Herculano. Su hallazgo obligó a un cambio radical en el concepto que hasta entonces se tenía de la excavación arqueológica, en la que sólo interesaba conseguir piezas artísticas ricas. En Pompeya se podía contemplar la vida romana tal y como fue en su tiempo, algo que ha permitido un conocimiento histórico insospechado, convirtiendo a la mítica ciudad en arquetipo de la Arqueología Clásica.

Cuando el también zaragozano Bernardino Montañés (1825-1893), pensionado en la escuela de Roma, viajó a la ciudad de Pompeya, creó un álbum de acuarelas que regaló a su maestro Federico Madrazo. El propio autor seleccionó estas obras y las encuadernó bajo el epígrafe “Álbum de Pompeya”, minuciosa reproducción de edificios, paisajes y elementos arquitectónicos que han permitido a los especialistas en Arqueología e Historia del Arte hacer análisis académicos del célebre yacimiento.

En sus acuarelas, Montañés demuestra que es capaz de pintar del natural con fidelidad y caligrafismo: pequeños y grandes cuadros, paredes completas, elementos arquitectónico-decorativos, vistas con arquitecturas y un variado repertorio de objetos. El visitante también dará buena cuenta de la pasión de Montañés por la figura humana, su capacidad de abstracción para entresacar de la decoración general del muro aquellas imágenes y ornamentos que él consideraba claves desde su punto de vista estético y, por último, la puesta en valor de elementos -insulsos para otros pintores del momento- como las cornisas en estuco y el variado repertorio ornamental de cenefas.

En este sentido, y aunque a Montañés se le pueda achacar que no copia con afán transmisor a futuras generaciones, sí es un adelantado de su tiempo, especialmente a la hora de concebir la importancia de los repertorios ornamentales y figurativos como elementos susceptibles de ser aislados, algo que la moderna arqueología valora en su justa medida como elementos capaces de aportar valiosa información per se. 

Montañés adquiere por tanto un rango diferente al del simple pensionado sujeto por encargo a la ejecución de la totalidad del modelo. Nos lega, en cambio, un sistema de trabajo y una forma de ver la pintura pompeyana ciertamente singulares, que no se acopla a ningún sistema de percepción conocido hasta esa fecha. Aquí creemos que es donde radica la originalidad y grandeza de Bernardino Montañés, autor del Álbum de Pompeya.


Programa

En esta muestra, organizada por Fundación Ibercaja en colaboración con el Colegio de Arquitectos de Madrid y Fundación Arquitectura COAM, el visitante podrá contemplar 67 acuarelas de las 71 que componen la serie, propiedad de Fundación Ibercaja, distribuidas en 6 grandes bloques temáticos:

  • Vistas de Pompeya
  • Elementos arquitectónicos
  • Mosaicos y pavimentos
  • Pintura mural
  • Mobiliario y enseres cotidianos
  • Figura humana y animales

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