Esta exposición representa un recorrido vital por geografías y marcos simbólicos opuestos.
Ana Barea nos transporta por un viaje, el suyo propio, a través de su pintura. Un viaje que comienza en África como territorio de su memoria: sus grandes extensiones, sus sosegados espacios, su calor, sus texturas, los luminosos colores de los vestidos de sus mujeres. Los materiales que utiliza sirven de abrazo y de recuerdo; son emociones palpables que Barea comparte con coherencia plástica
El sentir de los diferentes lugares y colores de su África natal contrasta con el sentir de los mensajes urbanos de su hábitat actual. Los espacios abiertos se enfrentan con el abigarramiento opresivo de la ciudad. La huella del tumulto humano de las calles del mundo por las que ha ido pasando se sintetiza en collages que transforman grafitis e imágenes de arte urbano en nuevas obras, que son a su vez una construcción urbana llena de vida.
Ana Barea es recolectora de materiales, de imágenes, de formas. Su obra es sólo una pequeña muestra de su amplio metalenguaje pictórico. Desde los paisajes a los grafitis o sus collages son el relato de una narrativa en la que Barea nos deja participar con generosidad.
Sentires son los de Ana Barea, su paso por la vida, pero con su propuesta los hace nuestros también.
Porque al fin, todos ellos son sentires.
Público en general.
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