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LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA VIVIDA POR UN NIÑO Y POR UN SOLDADO

Nuevo libro de la Biblioteca Aragonesa de Cultura, escrito por Jaime Gros y Plácido Bayo

- Esta iniciativa editorial es el resultado de la colaboración entre Ibercaja, la Diputación General de Aragón y las tres diputaciones provinciales

“Zonas de guerra. Memorias de Jaime Gros y Plácido Bayo (1936-1939)” es el nuevo título de la Biblioteca Aragonesa de Cultura, escrito por dos autores que vivieron en primera persona la contienda española, uno desde la mirada del niño que era y el otro, desde las trincheras, como soldado.

La presentación del número 39 de la BArC, tendrá lugar hoy, a las ocho de la tarde, en la Sede de la Institución Fernando el Católico (Plaza España, 1) con la presencia de uno de los escritores, Jaime Gros; de Natalio Bayo, hijo de Plácido Bayo, y de representantes de las instituciones promotoras de la colección: Ibercaja, patrocinadora de todo el proyecto, la Diputación General de Aragón y las tres diputaciones provinciales, a través de sus respectivos institutos de Estudios: Altoaragoneses y Turolenses e Institución Fernando el Católico.

En este libro confluyen las historias de dos personas que contaban con doce y veinticinco años en el momento de empezar la guerra civil española. Al niño, Jaime Gros, perteneciente a una rica familia terrateniente y conservadora de Bujaraloz, las circunstancias bélicas le llevan a vivir en diversas zonas republicanas. El joven soldado Plácido Bayo, residente en Épila, formaba parte de una familia de ideas progresistas, pero la suerte geográfica le lleva a varios destinos en zonas en que el levantamiento militar lucha, gana y consolida posiciones. Las dos vivencias son complementarias.

El libro se divide en dos partes. La primera, “En julio empezó el calvario”, son los recuerdos de Jaime, doce años, el tercero de diez hermanos, que está disfrutando de sus vacaciones estivales en Bujaraloz, cuando estalla la guerra. La narración de los dolorosos acontecimientos que el pequeño Jaime sufre en su propia familia, como el encarcelamiento de su padre por ser el más rico del pueblo, se mezcla con el transcurso de la vida cotidiana llena de atractivos y de entretenimientos para un niño.

La segunda parte del libro “Diario del soldado Plácido Bayo” recoge íntegramente, y sin más cambios que algunos de puntuación y grafía, el texto que escribió el joven campesino, Plácido Bayo, que vivió la guerra civil en circunstancias bastantes excepcionales y que va anotando lo que ve y lo que ocurre desde el 22 de julio de 1936 hasta su licenciamiento, algunas semanas después del 1 de abril de 1939.

Después de tres años de lucha, de muertos y de heridos, el 8 de junio Bayo cierra su diario con estas palabras: “Hoy termino el diario porque he terminado la guerra. Qué buenas ganas tenía, porque casi no se creía uno que volviese a casa después de estar toda la campaña y ver los miles de hombres que han caído. Pero como esto lo escribo para mi, ciertas cosas no he creído necesario ponerlas para no recordarlas.”

LOS AUTORES

Hijo de un terrateniente de los Monegros, Jaime Gros Zubiaga (Guecho, Vizcaya, 1924) pasó toda su infancia en Zaragoza. La guerra civil le sorprende en la finca familiar de Bujaraloz y le lleva a recorrer con su madre y hermanos Caspe, Valencia, Barcelona, hasta llegar a Saint Loubes (Francia). Tras realizar estudios de peritaje, trabaja durante medio siglo en las fincas familiares, es alcalde de Bujaraloz y diputado provincial de Zaragoza. Es autor de relatos de edición restringida como “El vaso de la Balseta Zamora” y “El destino de un hombre”, en el que recoge sus memorias de los años de adolescencia durante la guerra.

Plácido Bayo Izquierdo (Alcalá de la Selva, 1910-Zaragoza, 1993) servía en Zaragoza como soldado de cuota y allí conoció a la que sería su mujer. Se fue a vivir a Épila, de donde ésta era y donde residía. Allí se dedicó a la ganadería. Dejó a sus hijos un manuscrito escrito día a día durante la guerra. Es el padre del pintor Natalio Bayo.


BIBLIOTECA ARAGONESA DE CULTURA

Dirigida por el profesor Eloy Fernández Clemente y patrocinada por Ibercaja, la Biblioteca Aragonesa de Cultura (BArC) tiene el objetivo dar a conocer algunas claves culturales, de la mano de autores aragoneses. El diseño está a cargo del pintor Natalio Bayo.

La temática de los libros pretende ser muy variada: historia, medicina, arte, geografía; grandes temas contados con sencillez y calidad, para un público no especializado. La biblioteca va dirigida no sólo a aragoneses, sino también a ciudadanos de cualquier rincón de España y de hispanoamérica.

Los títulos más recientes son “40 años con el deporte aragonés” del periodista deportivo Vicente Merino, y “Piedras, fósiles, plantas, insectos, peces, pájaros... Naturalistas aragoneses” escrito por el farmacéutico, especializado en Homeopatía y Fitoterapia, Vicente Martínez Tejero; “El Monasterio de Piedra. Historia y Paisaje Turístico” de Luis Barbastro Gil, doctor en Geografía e Historia; “Frente al cierzo. Once ciudades Aragonesas” por Julio José Ordovás Belio, articulista y crítico literario, y “José Ignacio Mantecón. Vida y obra de un aragonés del destierro” de Marco Aurelio Torres H. Mantecón.