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LA LUZ Y EL COLOR DE AURELIANO DE BERUETE, EN EL MUSEO CAMÓN AZNAR DE IBERCAJA

- Del 15 de junio al 21 de agosto, exposición de treinta óleos del artista que renovó el género de paisaje en España.
(ZARAGOZA, 15 JUN)- El Museo Camón Aznar de Ibercaja acoge hasta el 21 de agosto una exposición monográfica de Aureliano de Beruete (1845-1912) pintor que desarrolló su trabajo artístico entre los siglos XIX y XX y dotó de un auténtico impulso a la pintura de paisaje en España.

La exposición recoge un total de 30 óleos sobre lienzo y sobre tabla, varios de ellos inéditos desde la gran exposición homenaje que se le tributó en 1912 tras su muerte. En estas obras, Beruete profundiza en el género del paisaje, al que dota de una visión integral muy acorde con las ideas regeneradoras de la Institución Libre de Enseñanza y con el pensamiento de la Generación del 98, para quienes el paisaje y la naturaleza se convirtieron en un verdadero foco de atracción.

La exposición, comisariada por Arturo Navallas, ha sido posible gracias a la colaboración de colecciones privadas y públicas, como la del Museo de Santa Cruz de Toledo, el Museo Sorolla, la Galería Jorge Juan de Madrid, el Museo de Zaragoza, la Colección de Arte de Caja Madrid, la de la Universidad Complutense de Madrid o las colecciones Gerstenmaier y San Nicolás López-Bosch, entre otras.

En los treinta óleos que componen la muestra predominan los campos de Castilla (con vistas de localidades de Ávila y Segovia), los alrededores de Madrid (el Manzanares, Guadarrama o Fuencarral) y, muy especialmente, de Toledo, donde pinta numerosas perspectivas, tanto naturales como históricas. Se muestran también panorámicas de la Cordillera Cantábrica, poblaciones de Galicia y la granadina Sierra Nevada. Aunque la mayor parte de los paisajes se ciñen al contexto español, la exposición incluye algunas de las composiciones que realizó durante sus viajes a Francia, Suiza e Italia.

Según el comisario de la muestra, “Aureliano de Beruete retrata siempre paisajes modestos, casi siempre de las afueras de las ciudades, huyendo del pintoresquismo y la anécdota. Sus pinceles suelen traducir el entorno a partir de una sucesión de planos en profundidad que comienza con un espacio humanizado (como una huerta, un lavadero, la ribera de un río o un pequeño embarcadero) que da paso a un perfil urbano horizontal –en el que representa las señas de identidad de cada lugar–, cerrando la composición con amplios celajes”.

La exposición que ahora presenta Ibercaja en el Museo Camón Aznar, se une a una significativa serie de exposiciones que la entidad de Ahorro ha organizado en los últimos años basadas en la pintura de paisaje. Desde la de Carlos de Haes, maestro del paisaje del siglo XIX, hasta la de los mejores paisajistas europeos del siglo XX, pasando por las exposiciones monográficas de Mariano Fortuny, Villegas, Sorolla, Joaquin Mir, Martínez Cubells o Vázquez Díaz, por citar algunas.

Con motivo de la muestra, Ibercaja ha editado un catálogo que recoge un estudio del profesor Fernando Marín Valdés, quien asimismo ha realizado los comentarios críticos que acompañan las obras reproducidas y una cronología de su evolución pictórica. Completa el catálogo un texto publicado por Azorín en el año 1929, en el que hace referencia a la gran exposición de homenaje a Beruete que tuvo lugar en la casa-estudio de Sorolla en Madrid en el año 1912, unos meses después de su fallecimiento. Curiosamente fue ésta su primera individual, compuesta por más de seiscientas obras, de las que al menos dieciséis se muestran ahora en el Museo Camón Aznar.

UNA VISIÓN INTEGRADORA DEL PAISAJE

A mediados del siglo XIX predominaba en España una pintura de talante académico cuyo mayor exponente eran los grandes cuadros de historia, mientras que el paisaje ostentaba un papel secundario. La concepción del paisaje como género pictórico se debe fundamentalmente al magisterio de Carlos de Haes, quien instruyó a toda una generación de artistas. Entre ellos, Aureliano de Beruete que logrará aportar una nueva imagen del paisaje español consistente en la búsqueda de su verdadera personalidad, trascendiendo el enfoque únicamente descriptivo.

En sintonía con la visión melancólica propia de la literatura noventayochista y, sobre todo, con las ideas de la Institución Libre de Enseñanza, Beruete intentará plasmar la esencia de lo específicamente español, buscando su adecuación con el modelo europeo; de ahí la renovada importancia que adquiere el paisaje.

Los institucionistas promueven numerosas excursiones que permitirán a los artistas pintar al aire libre. Beruete representa el paisaje con rigor científico cultivando el naturalismo, el realismo y el impresionismo; aunque sin seguir una evolución lineal. Recurre a la geografía y registra minuciosamente los detalles orográficos y geológicos, los valores atmosféricos y ambientales, pero también los aspectos históricos y culturales.

Sus pinceles atienden tanto a la fisonomía del entorno y al dato sensorial como a la captación del “alma del paisaje”. La gran aportación de Beruete a la pintura va a ser precisamente esa visión integral que va a dar cabida a múltiples aspectos, logrando una perfecta simbiosis entre ética y estética.

EVOLUCIÓN PICTÓRICA

La exposición reúne una selección de obras de cada uno de los cuatro periodos establecidos por el hijo del pintor, Aureliano de Beruete y Moret, que aunque no ejerció la profesión de pintor, llegó a ser director del Museo del Prado en Madrid.

El recorrido se inicia con un “Paisaje de la Cordillera Cantábrica” y un “Paisaje de Segovia”, correspondientes a las campañas que Beruete realizó bajo el magisterio de Carlos de Haes y que pertenecen a su etapa de formación (1873-1877) en la que cultiva un naturalismo minucioso, con una paleta más bien oscura y un dibujo sólido.

Su segunda etapa (1878-1887), más próxima a la francesa Escuela de Barbizon e influido por el pintor Martín Rico y Ortega, se refleja en dos obras correspondientes a sus estancias estivales en Galicia: “Casas sobre la playa” y “Orillas del Avia” (Rivadavia)”, presididas por una visión netamente realista.

Del tercer periodo (1888-1902), junto a obras en las que representa un canal de Venecia, el puerto francés de Le Havre y una vista de Sierra Nevada desde la Alhambra, la exposición reúne varias panorámicas de los alrededores de Madrid y Toledo, protagonistas indiscutibles de su iconografía. Su pintura se muestra más suelta y su paleta se suaviza, atendiendo cada vez más a la trascripción de los efectos atmosféricos.

Su última etapa (1903-1912) está representada en esta exposición a través de una selección de dieciocho obras entre las que destacan nuevamente los paisajes toledanos, madrileños y castellanos, además de dos pequeñas composiciones de los alrededores de la estación termal de Vichy (Francia) y dos vistas de la cumbre de la Jungfrau en Grindelwald (Suiza). En este momento su pintura se aproxima al impresionismo, pero manteniendo su personalidad e independencia.

BREVE SEMBLANZA BIOGRÁFICA

La vida de Aureliano de Beruete (1845-1912) transcurre entre los siglos XIX y XX, en un momento histórico dominado por la primera Restauración. Nació en Madrid en el seno de una familia que ostentaba una buena posición económica y social, lo que le permitió dedicarse a la pintura con entera libertad y sin tener que ceñirse a las servidumbres del mercado. Dotado de una refinada educación y de una sólida formación intelectual, pudo costearse numerosos viajes y mantenerse al corriente de las corrientes del resto de Europa.

Aunque llega a doctorarse en Derecho Civil y Canónico en 1867, su auténtica vocación será siempre la pintura, lo que le lleva a ingresar en la Escuela Superior de Pintura de Madrid, donde es discípulo del pintor belga Carlos de Haes. Vinculado a la Institución Libre de Enseñanza, de la que fue socio fundador en el año 1877, ejercerá como docente desde 1881. De talante liberal, durante el Sexenio Revolucionario es elegido diputado en dos ocasiones, con apenas 27 años de edad, aunque pronto se alejará de la actividad política.

En 1878 se presenta por primera vez a una Exposición Nacional de Bellas Artes, donde logra una Tercera Medalla. Aunque nunca obtendrá el máximo galardón de este certamen, seguirá participando con cierta asiduidad, igual que en las exposiciones del Círculo de Bellas Artes de Madrid y en distintas muestras internacionales, cosechando varios reconocimientos (Oficial de la Legión de Honor de Francia, miembro distinguido de la Hispanic Society of America en Nueva York o la Cruz de Isabel la Católica).

Además de un pintor muy prolífico, Aureliano de Beruete fue aficionado a la fotografía, coleccionista de pintura e incluso crítico e investigador de arte, llegando a publicar una monografía sobre Velázquez en 1898.



FICHA TÉCNICA DE LA EXPOSICIÓN:

Título: “Aureliano de Beruete 1845 - 1912”

Organización: Obra Social y Cultural de Ibercaja

Comisario: Arturo Navallas Rebolé

Fechas: Del 15 de junio al 21 de agosto de 2005

Espacio: Museo Camón Aznar de Ibercaja. C/ Espoz y Mina, 23 – 50003 Zaragoza . 976/397328 - Fax 976/399326

Horario: De martes a viernes: de 9 a 14,15 y de 18 a 21 horas.
Sábados: de 10 a 14,00 y de 18 a 21 horas
Domingos y festivos de 11 a 14 horas.